Valiosos consejos sobre cómo cultivar tomates y tener una buena cosecha

Saber cómo cultivar tomates es importante tanto para consumir un producto con una fuente garantizada como para obtener ingresos adicionales de él, uno de los principales ingredientes de la mesa brasileña. Está muy presente en salsas y ensaladas y en realidad es una fruta, siendo las variedades más populares los tomates macrobiótico, caqui, cherry y uva.

El cuidado del cultivo es similar independientemente de la variedad que elijas cultivar. Además, cultivar tomates no es complicado ni costoso. El costo por fábrica, incluidos los insumos, se estima en alrededor de R$ 3, excluida la mano de obra. Los beneficios de saber cómo cultivar tomates son aún mayores si no planeas venderlos a gran escala.

5 pasos para cualquiera que se pregunte cómo cultivar tomates

Los siguientes consejos son útiles para comprender cómo cultivar tomates con fines comerciales, pero también para aquellos que solo quieren agregar esta variedad a su jardín. Incluso si su objetivo es cultivar en una maceta, siga los consejos que cubriremos a continuación como guía. ¡Verificar!

1 – Cuándo plantar

Los tomates se pueden cultivar durante todo el año. La única limitación tiene que ver con la temperatura. Para aquellos que se preguntan cómo cultivar tomates, una característica importante a tener en cuenta es que este cultivo no tolera condiciones extremas, como temperaturas muy bajas, heladas o calor extremo. Por lo tanto, las zonas con un clima templado son las más adecuadas.

Si vive en un área con condiciones climáticas más extremas, elija plantar a mitad de temporada. La temperatura indicada varía desde un mínimo nocturno de 15°C hasta un máximo diurno de 24°C.

2 – donde plantar

Para quien quiera sembrar en grandes cantidades, especialmente para la comercialización, se recomienda sembrar en charolas de poliestireno. También se pueden utilizar materiales reutilizables como vasos de plástico, envoltorios de yogur limpios o cartones de leche.

Todavía es posible plantar directamente en el suelo, pero ¡cuidado! Como cualquier cultivo, los tomates son muy sensibles en sus primeras etapas. Esta planta, en particular, necesita más atención porque las semillas no deben colocarse demasiado profundas, una característica que las hace más vulnerables. Como son tan pequeños, no brotarán si están demasiado profundos.

Por eso, ya sea en vivero o siembra directa, es recomendable colocar las semillas a medio centímetro de profundidad y cubrir con una fina capa de buen sustrato. A continuación, hablaremos más sobre los suelos.

Antes de eso, vale la pena mencionar que para aquellos que se preguntan cómo cultivar tomates y obtener una buena cosecha, un cuidado básico es hacerlo en un área bien iluminada. Para un buen desarrollo, este cultivo necesita unas 6 horas de luz solar al día. Además, debe ser un suelo bien drenado.

3 – Cómo preparar el suelo

Labrar la tierra es una medida importante para que quede suelta y ligera. Además, esto ayuda a limpiar el espacio, eliminando los desechos que podrían permitir el crecimiento de malas hierbas u obstaculizar el desarrollo de las raíces. Si bien los tomates no son muy exigentes en nutrientes, cuidar este aspecto puede aumentar la productividad.

Por lo tanto, los fertilizantes orgánicos son muy populares. Los fertilizantes a base de fósforo y potasio también contribuyen mucho al buen desarrollo de las plantas. El suelo de cal y la adición de piedra caliza para estabilizar los niveles de magnesio y manganeso son otros aspectos positivos.

Finalmente, puede ser beneficioso aplicar pesticidas un mes antes de la siembra. Desafortunadamente, los tomates son susceptibles a plagas y hongos. Entonces, si su objetivo es el cultivo comercial no orgánico, esta capa de protección es una buena medida de seguridad.

4 – Cómo sembrar

Cuando las plántulas tengan de cuatro a cinco hojas o unas cuatro pulgadas de alto, es hora de trasplantar el sustrato a la tierra. Respetar la distancia entre plantas de 50 a 60 cm y la distancia entre hileras de 1,2 m.

Un truco es enterrar las plántulas profundamente en el suelo, al menos hasta que emerjan las primeras hojas, ya que esto estimula la capacidad de formar nuevas raíces alrededor del tallo. De esta forma, el sistema radicular de la planta será más fuerte, y por tanto el desarrollo del cultivo será más saludable.

Si no tienes semillas de tomate, ¡un brote de otra planta de tomate será suficiente! Como dijimos, las plantas de tomate producen buenas raíces alrededor de sus tallos, así que simplemente entiérralo en el suelo y el enrejado producirá buenos brotes. Obviamente, este método no es muy adecuado para el cultivo comercial. ¡Pero para los huertos, las alternativas son posibles!

5 – Qué cuidados son imprescindibles

Cualquiera que se pregunte cómo cultivar tomates debe recordar que, si bien a la planta de tomate le encanta el sol, necesita un suelo húmedo. Sin embargo, ¡eso no significa empaparse! Si tu zona es muy seca, es muy recomendable cubrir cultivos o jardines con plástico transparente, o hacerlo en invernadero para equilibrar estas dos necesidades de tus plantas.

También recuerda hacer estacas, es decir, esquejes de plantas de tomate. A medida que se desarrolla y la fruta comienza a aparecer, las ramas se doblarán o incluso se romperán. Luego, usando una vara de bambú o de madera de unos dos metros de altura, ate el tallo (sin apretar) a la estaca.

Para la poda, una pauta es eliminar los brotes que se forman donde las ramas laterales se unen con el tallo (llamado «sobaco» de la planta). Los brotes debajo del primer racimo de fruta también se pueden quitar para evitar dañar la fruta en desarrollo. Este cuidado mejora el flujo de aire, acelera el secado de las hojas después del riego y previene hongos.

Cuando se trata de hongos, hay que observar la aparición de las plagas ya que son comunes en el cultivo del tomate. Entre ellos se encuentran moscas blancas, ácaros, minadores de hojas, nematodos y pulgones. Algunas soluciones para el hogar pueden ayudar a cultivar un jardín o cultivos más pequeños. Son repelentes que contienen alcohol y ajo, detergente o jarabe de cebolla.

La rotación de cultivos (en el caso de plantaciones comerciales) y el tratamiento del suelo son medidas fundamentales para controlar la aparición de hongos y generar plantas más resistentes. El control biológico ayuda mucho, así como la aplicación de aceites esenciales de limoncillo y aceite de neem.

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